lunes, 22 de octubre de 2012

El ruiseñor.


Ahí… en las nubes… vida mía, se mezcla el rosa con el azul,
El reflejo tenue de la candidez del sol, en un poco del alma del mar,
Crean el rosa en las alturas,

El azul por su parte en el cielo, en un cielo ya con poca luz, que deja ver poco de la inmensidad
Del espacio, se muestra preparado para dejar ver a la luna, su majestad.

-Canta despacio pequeño ruiseñor, alguien podría enamorase de tu pico,
Cual marinero de la sirena, pocos pueden apreciar lo fantástico,
Sin caer presos y poseídos, adictos a tu canto,
Olvidaran la realidad, te explotaran y harán de tu vida un espato.
-Tu pequeño colibrí -dijo el ruiseñor- ¿Por qué un ave como tú, me pide callar?
Quizá solo es envidia y el que tú no cantes, te causa malestar.
-No es así, joven ruiseñor
-Replico el colibrí señalando así que él era mayor-
-Tu un ave gris, de pequeñas alas, incapaz de cazar o defenderse,
¿Me dirás a mí con lo que mi pico debo o no hacer? Es de sorprenderse…
-Un ave gris como yo, que no mata a nadie y nadie le quiere matar,
Con verdadera belleza que ni tu… “gran ave” podrás apreciar…
-No veo en ti, algo de cordura, vete de aquí enclenque,
Antes de que te destroce con un buen piquete.
-Yo te advertí y en mi culpa no habrá, cuando de tu pico
Solo se escuchen ruidos para pedir auxilio.
-El ruiseñor voló fuera del bosque, a una planicie amarilla
Donde en un arbusto encontró a una ardilla,
-Hola “hermosa ave” decía la ardilla,
Que con singular prisa, recogía semillas.
-hola, simpática criaturilla,
¿Quieres de mi pico escuchar una hermosa piececilla?
-No, me encuentro apurada, ha caído la noche y debo correr a mi madriguera
Antes de que caiga totalmente esta fría madrugada…
-Se fue la ardilla, desapareciendo entre los matorrales de la planicie,
Haciendo así que el ruiseñor se desquicie-
-Quizá mañana sea mejor día,
Este ha sido una agonía.
 -A la mañana siguiente, el ruiseñor se despertó temprano en cuanto el sol asomo de las colinas,
Emprendió con fuerza el ruiseñor a buscar comida y agua fresca y cristalina.
El ruiseñor comió y se aseo, continuo su paseo, lleno de deseo,
de encontrar alguien que apreciara su voz, y partió rápido al ver un búho parado en un cerezo.-
-Hola búho –Saludo el ruiseñor-
Se de buena fuente que es usted un gusto y excelente cantador.
Le pido con muncho respeto y admiración,
Me deje a capela hacerle una interpretación.
-Hace tiempo que no veo un ruiseñor, juraba no había más ninguno,
Fuerte debes ser para llegar desde tu hogar hasta acá, aceptare si me traes el desayuno.
-¿El desayuno señor búho? Que come un ave de su anchura,
Aceptare si me enseña a cantar a su altura.
-Me apetece una trucha,
Pues mi hambre es mucha.
-El ruiseñor voló y tan rápido pudo, regreso con el búho que se encontraba hambriento,
Señor búho –gritaba el ruiseñor, emocionado- mientras rápido partía los vientos.-
-He aquí su trucha, coma por favor,
Espero de agrado su sabor.
-El  búho comió la trucha y se dispuso a cantar con el ruiseñor,
Después de que terminara el pescado de aquel improvisado pescador.
-Bien, es hora de que me enseñes a cantar mejor,
Señor búho, se lo dice un fiel admirador.
-Está bien, pequeñín al cantar debes hacerlo así
Y no de otra forma, todo en notas de sí.
-Pero yo, no canto de esa forma, a mi me gusta siempre improvisar,
Es el sentido efímero del arte, del cantar…
-No muchacho, tú no sabes cantar y eres necio,
No digas jamás que fuiste alumno mío, arruinaras mi prestigio.
-Marchándose dando cruelmente la espalda al ruiseñor,
Quien se sentía devaluado y ausente de esplendor
El ruiseñor se quedo llorando a la sombra de aquel árbol, En el cual vivía un amargado tejón
Pero solo lo ignoro y volvió a su hoyo al ver que se aproximaba el león.
-¿Qué haces aquí, tan solo pequeño pajarillo?
¿Por qué no haces tanto ruido como lo haría un grillo? –Le dijo el león-
-Señor león es porque, canto horrible el mismo búho me lo ha dicho,
Y me quedare aquí para ser de los gusanos un bueno nicho.
-no hables así apuesto a que tu voz me encantara
Si tan solo, algo para mi interpretaras.
-Desanimado el ruiseñor canto-
-El león admirado de él quedo lo alago e hizo olvidara del búho aquel maltrato-
-mira pequeño ruiseñor, aquí en mi casa tengo un altar, para alguien como tu un bello cantador,
Dichoso soy yo, de tenerte aquí dichoso cantador.
-Canta mas para mí, que te traerán uvas mis ciervos,
Recítame cientos y cientos de versos.
-El ruiseñor acepto y cada día lo que le pedía
Simplemente a sus pies aparecía.
-Pero un día el ruiseñor no canto,
Hablo con el león y su caso le conto.-
-Señor león decido marcharme, quiero volver a casa
Gracias por la grata estadía, me voy lleno de gracia.
- Tú, no te marchas de este techo,
Antes de eso me encargo de que sea tu lecho.
-El león se comió al ruiseñor
Y así murió el pequeño cantador…
Moraleja abierta… 

lunes, 1 de octubre de 2012

Jamás por siempre.


Jamás me tuviste y quizá me tendrás
Es inseparable cerca de ti, la voluntad de cambiar
Nunca frenaste mis lagrimas, ni me hiciste dejar de pensarla
Pero transformaste litorales de agua salada
En una fresca briza, con tu sonrisa siento mi alma aliviada
Te siento cuidar mi espalda,
Quemaste mis heridas con tu calor,
Salvaste mi ser, de sentirse lo peor,
Nunca lo hicimos bien, pero lo hicimos perfecto,
Nunca fue bueno, pero será culpa y placer perpetuo,
Y es así y así será, porque lo que no tuvo principio, no tendrá final.
Lo que no empezó, ni bien, ni mal, no terminara mal,
Jamás me pediste cambiar, pero lo hice,
Jamás me pediste quererte y lo lograste
Jamás me pediste dejar de llorar, pero lo hice,
Jamás se ha vuelto un siempre, esperemos todo juntos,
Como lo hicimos de principio sin ejemplos burdos,
Y caretas estúpidas.
Somos buenos siendo malos
Estamos juntos es placer y pecado.