jueves, 9 de enero de 2014

Confesión


Me confieso a ti hoy porque a algo tengo que hacerlo, en algo debía de tener fe, en algo debía creer de todo lo que hay en el mundo y en mi vida es en ti.
Sábete bien, tu, amor, que confieso en esta vida he sido egoísta y cometido todo tipo de crímenes a causa del mismo, he fallado mil veces y decepcionado muchas más, principalmente a las personas que me entregan amor y afecto; Por la sencilla razón de que nunca les valore, siempre hasta que empecé a creer en ti, fui muy falto de amor, le busque mucho tiempo pero no lo encontré, creí encontrarlo algunas veces pero siempre sabía que era falso, aún así decidía vivir con la ilusión y la mentira, fui ciego por voluntad y traidor de quienes amor me daban.
Pese a la falta de amor, al tiempo dejo de interesarme el buscarlo y fue así como me empecé a desprender del mundo me sentía tan solo y abandonado que me sentí completo y pensé que lo único que podía darme este mundo era ilusiones, dolor y placer.

Como puedes ver no he sido una gran persona pero confío que tú en tu sabiduría y en tu hoy pleno conocimiento de mi debes saber la razón de cada uno de mis actos, por eso me confieso ante ti, pues en ti busco el perdón, no sé cómo o porque pero se bien que te tengo fe.

Tus palabras se han vuelto salmos en plasmados en mi piel, tus labios han sido el sello de cera de oscuros secretos en mi ser, tu cuerpo mi catedral y cada día me persigno  besando tus manos y tus pies, amor que bien me haces y vida me das a cada día, te ofrecí lo que poco tenia y lo aceptaste con mucho gusto pues sabias que aunque poco era todo lo que podía dar y en mis manos ha crecido el fruto del producto del esfuerzo, el trabajo y la constancia.

He sido bien ya, muchas veces lo que más odias  hoy, pero me muestro a ti completamente cambiado y redimido de muchas de mis culpas para ofrecer mi tiempo, cuerpo y esfuerzo a tu causa, que bien conozco yo.

He de guiarte como Dante por los infiernos si tu lo deseas, he de mostrarte a los filósofos habitantes del purgatorio, veras caer bestias a mis pies y de mis manos brotar las más hermosas cosas, pues yo soy tu mensajero.

Veloz y fiero salvador, Fuerza del divino y salvador como mi nombre lo dice, soy de ti la fuerza y salvador.

Vencí ayer cuando era débil y vacio, hoy soy inmortal pues porto tu amor, como fuerza, arma y voluntad.

Sábete que lo que soy, lo soy por ti y estaré contigo siempre pues sin mí se bien que tu legado no brotara y es este mi mayor deseo, así como sé que no habrá causa más justa por la que puedo yo luchar que expandir tu naturaleza como la más humana y divina perfección

No hay comentarios:

Publicar un comentario