lunes, 25 de agosto de 2014

La mujer del desierto

Flotaba ligero sobre la arena en trayectoria al viento, venia del mar no del de brisa fresca y sonido agradable, ella venia de la asfixiante brisa del mar muy salado, de sus estruendos, de sus grandes olas, su humedad y los malos olores del mar.

Su fortaleza y delicadeza me asombraron en ella encontré belleza y coraje virtudes poco vistas en simbiosis mas ella estaba destrozada lo descubrí con el tiempo…

Que juntos andaríamos pensé pero ella tenía un plan diferente, al verme fuerte y desafiante en el desierto quiso yo la cuidara y la llevara a un calido hogar pero yo no tenía uno así que anduvimos buscando y le hice un hogar pero al tiempo pidió mas…

-Un hogar no basta debe ser calido y hermoso, que de seguridad de que se tiene un espacio en el mundo-.

Así que me mude a las praderas con ella en mis hombros y un hogar ahí funde…

-No me siento segura- replico
Así que una empalizada construí.
-No es lo suficientemente bello
Así que decore el lugar para ella.

-No me gusta cuando sales por días y no vuelves, me siento sola
Así que deje la caza y la sangre por casa y arte.

Arregle mas y mas el hogar y creció tanto que un día ella y su gran alma entraron comoda y plácidamente en mi amplio continente.

-Ya nunca sales de casa todo el tiempo estas aquí, ahora estas gordo y escuálido, no te siento fuerte, ya no me siento protegida por ti, ya no encuentro en ti seguridad mas te amo y de mi tendrás todo.

Fruto abierto y sin abrir, podrido y mezquino, de primer bocado dulce ríos de néctar por el fluían luego poco a poco se enrojecía y espesaba, sangre.
Grumos, perdición y al poco tiempo espumeaba.

-¡Esta dentro de ti! Es tu sucia boca la que ensucia mi piel y marchita mis petalos, pudre mis frutos y me hace decaer

Era mentira, se mostraba fuerte pero estaba destrozada y eso lo sabia yo.
Yo era mentiroso y lo mostraba me destrozo fuertemente ella lo sabía.
Tu querías mi sangre y lagrimas para volver al mar, de nuevo fuerte, o a las montañas pero a mi, al desierto viniste a buscarme,  lloraste en mis brazos y suplicaste amor, me juraste el tuyo y te cobije sin querer hacerlo, solo por tus lagrimas que me conmovieron, solo porque en el pasado tu y yo nos susurramos y nos desnudamos las almas sin tocarnos, habías sido mía y desde entonces te atrape.

Mujer del desierto me juraste lo mejor de ti mientras que estabas destrozada.
Te di lo mejor de mi mientras me destrozabas mas no soy yo la víctima y dudo lo seas tú en la danza del amor y el odio se gana y se pierde por igual.

Mujer te destroce porque me destrozaste
Te quite lo que mas de ti guardabas y por ello perdí lo único que yo quería.
Ahora dime tu ¿Valió la pena? Sabemos bien que sí.
Porque vale la pena porque se que para ti no valió la pena y para ti lo mismo, ambos en la misma insipiencia por ello no vale y lo vale.

Por ello nos amamos y nos odiamos, te volví hermosa diosa cuando estabas podría, después de tu exceso cobrando fichaje tus pieles colgantes y rotas volví hermosas a tus ojos con elogios, querías flores y miel en el hocico del lobo, yo quería beber dulce de un cactus, en el desierto hay espejismos no cuidamos la cabeza, fuimos fuertemente arrastrados por pasiones y necesidades, es normal en el desierto si tienes sed, alucinar agua, es normal que me hubieses visto fuerte porque añorabas protección es normal que te allá visto dulce porque estaba abandonado.

Es normal que pierdas la razón si solo piensas en pasiones mas encontramos lo que buscamos y perdimos lo que encontramos ahora buscamos de nuevo. Tu mujer… has encontrado un nuevo amor y cuando elijes matas, yo por mi parte deje de buscar y fui encontrado.

Yo gane la guerra del amor porque por amor fui casa y río, fui calor y paz, dejando de ser la bestia fría.
Tu ganaste la guerra del odio porque destrozada llegaste calor querías, frío dejaste y ahora con mis lagrimas regaras otro amor.

Perdí tanto por ganarte pero tu ganaste perderme
Y no me culpo de fallarte, ni me alegro de nuestros logros .

Nada solo nada somos aire estancado en algún lugar donde el viento no sopla donde no hay calor, allá en el vacio y el olvido vive nuestro recuerdo.

Odiame mucho y por siempre porque yo si te ame y no podrás nunca, ódiame porque perdiste el tiempo con quien todo te lo dio y ahora no tienes nada.

Porque en mi ser estan las semillas y en el tuyo la tierra agría que en sed de agua seca lagos, que en sed de belleza asesina todo, avaricia y ego, su majestad de las patrañas su ciervo el cobarde e indigno se despide.

La mejor venganza que puedes dejarle a quien no te supo amas es que le hayas amado con fuerza y locura y que ahora recuerde por sus días lo que perdió, lo que pudo y no, en tu piel mis besos muertos, en tus ecos mis poemas de amor, en tus pecho las promesas rotas que te asfixian que te queman que te matan.

Busca y encontraras, no te rindas pero si encuentras y no te gusta vete sin pisar mucho ahí pues la avarícia de dejar huella no siempre es un bienvenido monumento.

Yo construyo de nuevo mi dulce pradera y de las cenizas nacen nuevos pimpollos, tu anda con el viento y pierdete con el, nadie extraña el viento, nadie lo recuerda excepto cuando te quita algo, ahora carga tus corazones rotos  y llevamos hasta tu muerte que son tu cruz.

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